20 de diciembre de 19

Mas Que Vencedores

Efesios 6:1-24

 

En este mundo tenemos mucho en nuestra contra.  Hay gente que burlan de nuestra fe, avanzando mas y mas en sus perversiones y sus rebeliones.

 

Para muchos, la presencia de los hermanos autŽnticos, los que no son hip—critas sino hermanos puros, est‡ para los mundanos modernos, una intimidaci—n, comprobando que su cosmovisi—n, es en realidad, una fantas’a.

 

Y es dif’cil, vivir en una cultura que es tan hostil a nuestra fe.  Pero tenemos Dios a nuestro lado, y nos ha prometido la victoria, por medio de su amor.

 

Romanos 8:35-39 ŔQuiŽn nos separar‡ del amor de Cristo?

ŔTribulaci—n, o angustia, o persecuci—n, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada?

 

Como est‡ escrito:

     Por causa de ti somos muertos todo

     el tiempo; Somos contados como

     ovejas de matadero.

 

Antes, en todas estas cosas somos m‡s que vencedores por medio de aquel que nos am—.

 

Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ‡ngeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podr‡ separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesśs Se–or nuestro.

 

En Cristo, pausa, tenemos todo lo que necesitamos, no para ser vencedores, sino pera vivir como mas que vencedores.

Esto es lo que la Biblia dice, cree lo hermano.

 

Y con esta introducci—n, podemos ya continuar al fin de la ep’stola.

 

1) Hijos, obedeced en el Se–or a vuestros padres, porque esto es justo.

 

Otra vez, habla de los que est‡n en el Se–or.  Y en Cristo, lo podemos todo.  No es necesario para las familias Cristiana tener la rebeli—n gobernando, dominando en la casa.

 

Dios nos ha dado muchas armas en su contra.  Es mas, Cristo es el pr’ncipe de paz, y quiere ver la casa santa, disfrutando su paz.

 

Por esto hay tanto sobra la disciplina en las escrituras, para los que conf’an en que, lo que dice Dios, es confiable.

 

Hebreos 12:11  Es verdad que ninguna disciplina al presente

parece ser causa de gozo, sino de tristeza; pero despuŽs da fruto apacible de justicia a los que en ella han sido ejercitados.

 

Cuando en estas temporadas, vienen visitando amigos, familia o conocidos y vean la manera en que tus hijos obedecen, y muestran la gracia de Dios obrando en sus personas, est‡s de repente evangelizando, sin decir ni una palabra.

 

1-3) Hijos, obedeced en el Se–or a vuestros padres, porque esto es justo.  Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa; para que te vaya bien, y seas de larga vida sobre la tierra.

 

Pablo presente el mandamiento como viene en los diez, con una promesa.  Mostrando que caminando en la obediencia, los hijos pueden entender tambiŽn quŽ es la buena vida.  Y tienen que entender tambiŽn queÉ

 

Proverbios 13:15     El buen entendimiento da gracia;

                     Mas el camino de los transgresores es

                     duro.

 

Y Dios no quiere el camino duro ni para ti, ni para tus hijos, y por esto te ha dado buenos ejemplos como el de JosuŽ, que dijo al fin de su vidaÉ

 

JosuŽ 24:15    Y si mal os parece servir a Jehov‡, escogeos hoy a quiŽn sirv‡is; si a los dioses a quienes sirvieron vuestros padres, cuando estuvieron al otro lado del r’o, o a los dioses de los amorreos en cuya tierra habit‡is; pero yo y mi casa serviremos a Jehov‡.

Ese hombre tomaba una determinaci—n, que as’ seria.  Era hombre de la fe, conoc’a a Dios, y por lo tanto pudo declarar a todos, que en su casa, Dios iba a estar servido.

 

O tambiŽn Abraham, que Dios conoc’a como hombre en que se pudo confiar.

GŽnesis 18:19  Porque yo sŽ que mandar‡ a sus hijos y a su

casa despuŽs de s’, que guarden el camino de Jehov‡, haciendo justicia y juicio, para que haga venir Jehov‡ sobre Abraham lo que ha hablado acerca de Žl.

 

Y seguramente, Abraham guiaba a sus hijos, con amor, porque cuando vino el momento en que parec’a como que tendr’a que sacrificar a Isaac, su hijo ni le ofrec’a la resistencia, como Cristo no ofrec’a la resistencia, cuando vino el momento de morar por ti, abriendo los diluvios del amor, y de bendiciones de Dios, para tu vida.

 

4) Y vosotros, padres, no provoquŽis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestaci—n del Se–or.

 

Cuando los Padre est‡n, en Cristo, van a dedicar el tiempo para a hijos, para informar los del amor, y de la disciplina del Se–or, con paciencia.

 

En la cultura moderna, los mundanos pueden pasar muy poco tiempo, hablando con sus hijos, unos segundo del d’a, pidiendo como son, y como sientan, porque en la cultura de locura, muchos andan llenos siempre de la prisa.

 

Y si aplican la disciplina con prisa, y en la carne, pero no en Cristo, pausa, se puede dejar al ni–o traumatizado, y sintiendo como que ni deben de estar en tal familia.

 

Los ni–os saben lo que es justo, lo que viene en amor, con paciencia, pero tambiŽn saben lo que es la inconsistencia, y la rabia de los padres que los tratan como una interrupci—n, o como una molestia.  Pero el deseo de Dios es ver las familia en Cristo, viviendo como vencedores, y como mas que vencedores.

 

Y por lo tanto nos ha dado mucha instrucci—n en detalle en el libro de los Proverbios, y los padres sabios, los vencedores, leer‡n los proverbios, o en Espa–ol, o en Ingles, o en los dos idiomas, para asegurar que caminan, juntos en la sabidur’a.  Bueno, continuandoÉ

Empezamos con las parejas en el capitulo anterior.  Y aqu’ tuvimos algo sobre los hijos, y continuando veremos las instrucciones sobre el trabajo.

 

Pero es importante notar el orden.  Primero la pareja, antes de todo, despuŽs los hijos, y finalmente el trabajo.  As’ es el orden en las escritura.  Como tambiŽn enÉ

 

Colosenses 3:18-24   Casadas, estad sujetas a vuestros

maridos, como conviene en el Se–or.

 

Maridos, amad a vuestras mujeres, y no se‡is ‡speros con ellas.

 

Hijos, obedeced a vuestros padres en todo, porque esto agrada al Se–or.

 

Padres, no exasperŽis a vuestros hijos, para que no se desalienten.

 

Siervos, obedeced en todo a vuestros amos terrenales, no sirviendo al ojo, como los que quieren agradar a los hombres, sino con coraz—n sincero, temiendo a Dios.  Y todo lo que hag‡is, hacedlo de coraz—n, como para el Se–or y no para los hombres;  sabiendo que del Se–or recibirŽis la recompensa de la herencia, porque a Cristo el Se–or serv’s.

 

Es que el diablo va a atacar en estas tres ‡rea, a la pareja, antes que todo, por medio de los hijos, o por los asuntos del trabajo.

 

Y en amor, hermano, Dios quiere verte preparado, armado, informado, en Cristo, para triunfar sobre los ataques del enemigo.

 

5-7) Siervos, obedeced a vuestros amos terrenales con temor y temblor, con sencillez de vuestro coraz—n, como a Cristo;  no sirviendo al ojo, como los que quieren agradar a los hombres, sino como siervos de Cristo, de coraz—n haciendo la voluntad de Dios; sirviendo de buena voluntad, como al Se–or y no a los hombres,

 

Nosotros estamos viendo un mundo en que casi todas las autoridades est‡n bajo ataque. 

Se tiran las rocas, hasta los ladrillos a la polic’a ya en muchos pa’ses del mundo.  Pero como hermanos, tenemos que respetar las autoridades que Dios ha puesto sobre nosotros.

 

Dios quiere verte hermano, hermana, avanzando en el santo dominio, teniendo tu buen impacto en la sociedad.

 

A veces en siglos pasados, los hermanos hablaban de sus ministerios en la iglesia, y se hablaban de su Ňtrabajo secularÓ.

 

Pero es una mala manera de hablar, porque no hay trabajo secular, todo lo que hacemos, hacemos en Cristo, y para Cristo, aun si tienes los peores jefes del mundo, all’ con ellos est‡s en tu ministerio, y estas alabando al Se–or.

 

1 Corintios 10:31    Si, pues, comŽis o bebŽis, o hacŽis otra

cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios.

 

Hermano, Dios quiere verte venciendo en todo, pero para logar esto, tienes que confiar en que su palabra, sus exhortaciones, sus amonestaciones, son todos sabios, y son todos para tu bien.

 

No dudes del valor de sus preceptos, como Eva que ca’a en el gran enga–o.

 

GŽnesis 3:4-5  Entonces la serpiente dijo a la mujer: No

morirŽis; sino que sabe Dios que el d’a que com‡is de Žl, ser‡n abiertos vuestros ojos, y serŽis como Dios, sabiendo el bien y el mal.

 

Primero la serpiente atacaba a la palabra de Dios que era mal’simo, pero aqu’, se hizo algo peor, atacando al car‡cter de Dios, como que Dios estaba guardando algo bueno de ella.

 

Pero no hermano, es un enga–o, los preceptos de Dios son para guiar te en lo mejor, sin represalia alguna.

 

5-8) Siervos, obedeced a vuestros amos terrenales con temor y temblor, con sencillez de vuestro coraz—n, como a Cristo;  no sirviendo al ojo, como los que quieren agradar a los hombres, sino como siervos de Cristo, de coraz—n haciendo la voluntad de Dios; sirviendo de buena voluntad, como al Se–or y no a los hombres,  sabiendo que el bien que cada uno hiciere, Žse recibir‡ del Se–or, sea siervo o sea libre.

Si tienes una posici—n alta o muy baja, no importa.  En tu trabajo est‡s sirviendo a Cristo, y el nombre de Cristo ser‡ o exaltado, o arrastrado al lodo, dependiendo de tu manera de servir.

 

9) Y vosotros, amos, haced con ellos lo mismo, dejando las amenazas, sabiendo que el Se–or de ellos y vuestro est‡ en los cielos, y que para Žl no hay acepci—n de personas.

 

Si eres un jefe, o hasta el due–o del negocio, tienes que extender el respeto a todos, con tu manera de ordenar.

 

ŔMe puedes ayudar?  Lo siento, pero tenemos que corregir esto.  ŔTe puedes estar tan amable queÉ?

 

Los mundanos pueden amenazar y estar muy bruscos, pero aun ellos, si saben algo de la gente, van a aplicar los preceptos de Dios en sus relaciones, pero para ganar el dinero, mientras tu lo haces porque es tu ministerio.

 

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Bueno, ahora la carta realmente est‡ llegando a su fin.  Y siendo una cuidad de mucho espiritismo, mucha hechicer’a e idolatr’a casi sat‡nica, Pablo tenia que dar unos detalles sobre la guerra espiritual.  Porque Dios deseaba ver a sus amados como vencedores, y mas que vencedores, aun en todo esto.

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10) Por lo dem‡s, hermanos m’os, fortaleceos en el Se–or, y en el poder de su fuerza.

 

Te puedes ganar hermano.  Pero esto es Ňen el Se–orÓ, con los esp’ritus malignos tu no tienes la fuerza en ti mismo.  El diablo es muy astuto y sabe mas por viejo que por diablo.

 

No intentes luchar con Žl, jam‡s, en tu propia fuerza.

 

Vimos un ejemplo de unos jud’os que intentaban esto, aun citando el nombre de Cristo, pausa, pero ellos no estaban en Cristo.

 

Hechos 19:13-17      Pero algunos de los jud’os, exorcistas

ambulantes, intentaron invocar el nombre del Se–or Jesśs sobre los que ten’an esp’ritus malos, diciendo: Os conjuro por Jesśs, el que predica Pablo.

Se trataron de emplear el nombre de Cristo como un talism‡n, de magia.

Hab’a siete hijos de un tal Esceva, jud’o, jefe de los sacerdotes, que hac’an esto.

 

Pero respondiendo el esp’ritu malo, dijo: A Jesśs conozco, y sŽ quiŽn es Pablo; pero vosotros, ŔquiŽnes sois?

 

Y el hombre en quien estaba el esp’ritu malo, saltando sobre ellos y domin‡ndolos, pudo m‡s que ellos, de tal manera que huyeron de aquella casa desnudos y heridos.

 

Y esto fue notorio a todos los que habitaban en Efeso, as’ jud’os como griegos; y tuvieron temor todos ellos, y era magnificado el nombre del Se–or Jesśs.

 

Hermano, lo importante no es invocar al nombre de Cristo, al menos que tu est‡s en Cristo, como criatura nueva, y si no estas seguro de que est‡s en Cristo, quiero orara para ti terminando el servicio, porque los beneficios, las victorias, el poder solamente est‡n en Žl.  ŔAmen?

 

Ahora al granoÉ

 

11) Vest’os de toda la armadura de Dios, para que pod‡is estar firmes contra las asechanzas del diablo.

 

Est‡s en una lucha, si lo sabes o no, si te gusta o no.  Y para salir victorioso, tienes que emplear toda la armadura, y no una porci—n de la armadura, si deseas estar firme.

 

12) Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes.

 

Est‡s luchando hermano, hermana, con poderes, muy superiores que tu, mas fuertes y mas malignos que los mismos carteles de America Latina.  De hechos estos est‡n sobre ellos.  Estos inspiran sus atrocidades, y los gu’an, en muchos casos por medio de la religi—n de la santa muerte..

12) Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes.

 

Estas son esp’ritus organizados, en rangos, con regiones de operaci—n, como las pandillas, pero son mas feroces que las pandillas.

 

Est‡n sofisticados, tienen sus planes y sus t‡cticas, para robar, matar y destruir.  Pero no debemos de vivir en temor de ellos porque el temor es una forma de alabanza.

 

13) Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que pod‡is resistir en el d’a malo, y habiendo acabado todo, estar firmes.

 

Segunda vez que dijo Ňtoda la armaduraÓ, no solamente tus partes favoritas, si deseas resistir, y salir como vencedor y como mas que vencedor.

 

14) Estad, pues, firmes, ce–idos vuestros lomos con la verdad, y vestidos con la coraza de justicia,

 

La cintur—n de la verdad, viene primero.  Tienes que conocer la palabra, como una persona que ha invertido horas y horas, a–os y a–os estudiando su Biblia, con paciencia, en familia.

 

15) y calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz.

 

Los soldados con los pies da–ados no pudieron pelear, sino que en la batalla, eran una carga porque otros tienen que cuidar de ellos.

 

As’ que tienes que saber quŽ es el evangelio, tienes que creer el evangelio, y hasta aprender algo de c—mo defender al evangelio en contra de los que burlan.

 

16) Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que pod‡is apagar todos los dardos de fuego del maligno.

 

El diablo vendr‡, es una promesa, pero con el escudo de la fe, te puedes bloquear sus dardos encendidos.

 

 

 

El diablo vendr‡ plantando palabras hasta en tu mente, y tocar‡ a ti, no estar pasivo, sino activo en aplastando estas palabras.

 

2 Corintios 10:3-6   Pues aunque andamos en la carne, no

militamos segśn la carne; porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucci—n de fortalezas,

 

derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo,

 

y estando prontos para castigar toda desobediencia, cuando vuestra obediencia sea perfecta.

 

Como soldado, no te puedes dar lugar a las sugerencias de tirar la toalla, o de acabar con tu familia, o con tu vida, o con la fe Cristiana.  Sino que tienes que levantar la contra ataque.

 

17) Y tomad el yelmo de la salvaci—n, y la espada del Esp’ritu, que es la palabra de Dios;

 

El diablo vino a Cristo con toda forma de sugerencia negativa y sutil.  Y Cristo nos dio un ejemplo de c—mo responder, con la espada.

 

Mateo 4:1-11   Entonces Jesśs fue llevado por el Esp’ritu al

desierto, para ser tentado por el diablo.

 

Y despuŽs de haber ayunado cuarenta d’as y cuarenta noches, tuvo hambre.

 

El diablo sabe hermana, cuando tienes sue–o, o hambre, o cuando te sientes sola.

 

Y vino a Žl el tentador, y le dijo: Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en pan.

 

El respondi— y dijo: Escrito est‡: No s—lo de pan vivir‡ el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.

 

Entonces el diablo le llev— a la santa ciudad, y le puso sobre el pin‡culo del templo,

y le dijo: Si eres Hijo de Dios, Žchate abajo; porque escrito est‡:

    A sus ‡ngeles mandar‡ acerca de ti, y,

    En sus manos te sostendr‡n,

    Para que no tropieces con tu pie en

    piedra.

 

Jesśs le dijo: Escrito est‡ tambiŽn: No tentar‡s al Se–or tu Dios.

 

Otra vez le llev— el diablo a un monte muy alto, y le mostr— todos los reinos del mundo y la gloria de ellos, y le dijo: Todo esto te darŽ, si postrado me adorares.

 

As’ se ha atrapado a muchos mśsicos, deportistas y estrellas del cine.  Est‡n muy altos aqu’ en el mundo, pero habiendo vendidos sus almas, en muchos casos, ser‡n arrastrados mas tarde al peor regi—n del infierno.

 

Entonces Jesśs le dijo: Vete, Satan‡s, porque escrito est‡: Al Se–or tu Dios adorar‡s, y a Žl s—lo servir‡s.

 

El diablo entonces le dej—; y he aqu’ vinieron ‡ngeles y le serv’an.

 

Esto es como un modelo para nosotros sobre c—mo responder, y c—mo usar las escrituras en vez de tus propios opiniones.

 

18) orando en todo tiempo con toda oraci—n y sśplica en el Esp’ritu, y velando en ello con toda perseverancia y sśplica por todos los santos;  y por m’, a fin de que al abrir mi boca me sea dada palabra para dar a conocer con denuedo el misterio del evangelio,

 

No olvides hermano, que la oraci—n es parte de la armadura, y si no eres un hombre de la oraci—n, est‡s dejando tu casa abierta al ataque.  ŔAmen?

 

Y hasta San Pablo necesitaba la oraci—n, como cualquier pastor o ministro que est‡ en la batalla.  Porque ningśn hombre tiene el poder, en si, de triunfar.

 

20) por el cual soy embajador en cadenas; que con denuedo hable de Žl, como debo hablar.

 

Pablo estaba pudriendo en la c‡rcel, pero no se quejaba, sino que se trabajaba desde all’, y necesitaba las oraciones de los hermanos.  El denuedo no est‡ garantizado para nadie, si no tenemos las oraciones de otros.

 

21-22) Para que tambiŽn vosotros sep‡is mis asuntos, y lo que hago, todo os lo har‡ saber T’quico, hermano amado y fiel ministro en el Se–or, el cual enviŽ a vosotros para esto mismo, para que sep‡is lo tocante a nosotros, y que consuele vuestros corazones.

 

Es probable que T’quico, actualmente escrib’a la carta, bajo da dictaci—n de Pablo, y que lo llevaba a ellos, protegiendo el mensaje de fraudes y de enga–os.

 

Y ese hermano fiel pudo revelar diferentes asuntos de la vida de Pablo y sobre exactamente quŽ deseaba pedir oraci—n, si hab’an asuntos mas confidenciales.

 

Y ahora a los saludos finales.

 

23-24) Paz sea a los hermanos, y amor con fe, de Dios Padre y del Se–or Jesucristo.  La gracia sea con todos los que aman a nuestro Se–or Jesucristo con amor inalterable. AmŽn.

 

Y por supuesto Cristo dijoÉ

 

Juan 14:15 Si me am‡is, guardad mis mandamientos.

 

Y sabemos de otros pasajes que sus mandamientos no son gravosos, sino que su yugo es f‡cil, y su carga ligera, para todos que realmente est‡n, en Žl.

 

*-------------------------- Conclusi—n ---------------------

 

Bueno hermanos, es evidente que Dios quiere verte no solamente como vencedor, sino como mas que vencedor, pero tienes que emplear los medios, las armas que Dios ha puesto delante de ti.

 

Y si esto es tu deseo, actualmente vivir como vencedor, en Cristo, puedes pasar en unos momentos y oraremos para ti.

 

Vamos a Orar